miércoles, 21 de febrero de 2018

Mentira


Mentira
Care Santos
Editorial edebé





Mentira, Premio Edebé de Literatura Juvenil, aborda un tema incómodo y poco presente en la literatura para jóvenes. Care Santos se interna en el mundo de la delincuencia juvenil y, sobre todo, en los aspectos psicológicos de la misma y en la reinserción en la sociedad por parte de estos chicos y chicas, menores, que se encuentran en un centro tutelado por el estado que no se llama cárcel, pero que lo es.

En esta ocasión, la novela mantiene dos voces principales, la de Xenia y la de Éric. Xenia es hija única, cursa bachillerato y obtiene buenas notas. Vive en un mundo cómodo, muy pautado por sus padres, con poca libertad, pero tranquilo. Xenia es una buena lectora y ese el nexo de unión entre los dos protagonistas. El primer nexo de unión, al menos. A raíz de la lectura del libro de Salinger, Xenia entra en un foro y allí encuentra la opinión de otro lector. Poco a poco, ambos establecerán una relación extraña, pero intensa. El joven lector y Xenia comienzan en enviarse correos electrónicos que a ninguno de los dos dejarán indiferentes. La muchacha desea conocer al chico y, como este le pone largas, decide investigar por su cuenta. Su desengaño no tarda en llegar cuando Xenia descubre que todos los datos que le dio el supuesto Marcelo son falsos. Xenia se ha enamorado de un fantasma y decide cortar con él. Ya le han hecho bastante daño.

Mientras, recibe, en su instituto, un sobre que contiene una novela. La novela de Éric. Éric es el nombre real del chico con el que ha estado carteando y que ha decidido contarle su terrible historia. Éric ha sido acusado de asesinato y está cumpliendo condena, por así decirlo. Aunque, detrás de unas cifras frías, se esconde la peripecia de un adolescente sensible, inteligente y maltratado por la sociedad.

Xenia y el lector descubren a la vez, en forma de larga carta dividida en capítulos, la verdad de Éric quien lo cuenta con resignación, pero con una fuerza que atrapa desde el primer momento. Éric, si hubiera nacido en otra familia, habría sido como Xenia, en cambio le tocó la peor parte y le tocó asumir un asesinato que él no había cometido para salvar al único amigo que tuvo nunca, Ben. 

El libro se estructura en dos bloques principales que ofrecen las dos caras de una misma historia. La narración de Xenia y la carta de Éric. Ambas historias se cruzan y confluyen en un final esperanzador.

El relato ahonda en cuestiones psicológicas, porque bucea en las mentes de ambos jóvenes, en especial la de Éric, un joven callado que se desahoga escribiendo.
Los personajes no son, en absoluto planos, sino que se van definiendo ellos mismos ya que no hay un narrador paternal que nos ofrezca respuestas, sino dos jóvenes que están creciendo, como el personaje de Salinger, que tanto les impacta. De hecho Mentira es, en otros muchos aspectos, un homenaje al Guardián entre el centeno y a las buenas lecturas, esas que dejan huella y que permiten que el lector, en este caso en formación, siga creciendo y madurando.

La novela, en definitiva, es espléndida. Care Santos es capaz de escribir con luz, con energía positiva acerca de una temática con la cual es difícil lidiar, como ya decíamos al principio, sin caer en las moralinas huecas. Como dice la propia escritora en su nota a los lectores su novela "lanza más preguntas, nada fáciles de contestar, sobre las que vale la pena detenerse un segundo a pensar". Un segundo y todo el tiempo que sea necesario.
No sabemos qué ocurrirá entre Xenia y Éric a partir de ese momento, solo sabemos que su amistad va a ser profunda porque se sienten unidos desde la emoción, el respeto y los sentimientos. 

Hay que leer la novela porque el universo literario y humano que contiene sobrepasa las líneas de una reseña. El lector encontrará personajes, situaciones y temas que, insistimos, le permitirán madurar y, a la vez, disfrutar con la lectura. Eso sí, lectura sin edad.

Mis padres son un rollo. Cada noche después de cenar se enzarzan en todo tipo de discusiones sobre temas complicadísimos: los banqueros, la crisis, los Estados Unidos, la seguridad mundial, la delincuencia, la pobreza... Me recuerdan uno de aquellos debates de la tele que duran un montón y que son más aburridos que un concierto de zambomba. En serio que no les entiendo. Entre ellos no suelen discutir por nada, pero son capaces de tirarse horas hablando de estas cosas. Hay que ser rarito.

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