martes, 19 de mayo de 2020

El día del perro


El día del perro
Caroline Lamarche
Nórdica Libros




Novela ganadora del Premio Victor Rossel. 


En la autopista E411, un perro ha invadido la calzada en dirección hacia la nada. Los conductores han frenado en seco y han bajado de sus automóviles. Unos contemplan atónitos la escena. Otros intercambian entre sí lacónicos comentarios..Esta novela breve nos pone sobre la pista de la vida oculta de seis seres humanos.

El día del perro es una novela corta y compleja que parte de la anécdota de un perro que corre de noche por una autopista para hilar seis historias de vida que están profundamente conectadas por el abandono que han sufrido sus protagonistas. Los abandonos. No se trata de seis voces contando la misma anécdota. Se trata realmente de seis puntos de vista, de seis personas que se encontraban en la autopista el día que el perro la cruzó y que nos cuentan, no lo que ocurrió, sino quiénes son. Y lo cuentan en distintos tiempos (verbales y cronológicos), en distintos tonos, con distintos ritmos. Sin embargo, en una segunda lectura descubro que no solo el perro hila la historia, que las seis historias constituyen una novela porque algunas personas que cuentan tienen relaciones entre ellas (anteriores, en el momento del suceso, posteriores) y porque todas llevan dentro una herida que la parada obligatoria en la autopista ha reabierto o abierto como en el caso del ciclista.


Así termina, de modo sumamente brillante, esta excitante obra:

«Gritarán cuando me vean salir de la autopista, empujada por un seguro instinto que solo deja a mi paso asombro y emoción. Soy bella en este acto de correr, con largos músculos,  un hocico inteligente y pausado, una fuerza tranquila. No ignoro que podría morir, pero corro hacia la vida o la muerte con la misma determinación. Corro para encontrar a mi dueño, al hombre de mi vida, el que me ama desde siempre, me comprende, me busca, y pronto entrará en el túnel que papá está haciendo ahí arriba, o ahí abajo, o donde sea, con los largos y delgados brazos desplegados ante sí en posición de esfinge. Mi carrera causa una admiración general y atrae la atención de un hombre, incluso si muero; porque, al verme exánime en la orilla de la autopista tras una valiente carrera, se me acercará, resistirá su horror a la sangre, me dará la vuelta suavemente y verá mi nombre: «Anne». Y sabrá que he muerto cuando intentaba encontrarlo».