sábado, 24 de octubre de 2020

Cien años después

 
Cien años después
Alberto Vázquez-Figueroa
Editorial Kolima





Cien años después de la epidemia de gripe española que mató a sesenta millones de personas, sufrimos una pandemia que ha desembocado en una crisis global sin precedentes.

El caos y la escasez se han adueñado del planeta y se diría que no hay salida mientras los seres humanos viven presas del pánico.

¿Qué camino debemos tomar? ¿Qué recursos tenemos para sobreponernos?
Esta es la historia de una familia que se ve obligada a vivir aislada y ver cómo sus lazos se rompen, aunque vuelven a soldarse con más fuerza cuando comprenden que cualquiera que sea el final será menos doloroso o más glorioso si consiguen alcanzarlo juntos.

También es un canto a la esperanza porque la desesperación puede matar más que cualquier virus.


Así comienza esta novela:

Una mujer hizo su aparición por el sendero. Se la advertía agotada, dolorida, con aire ausente, como drogada, borracha o inmersa en un universo del que el paisaje que la rodeaba no parecía formar parte.
No prestaba atención a las flores, ni a los árboles, ni a los pájaros, y apenas reaccionó en el momento de atravesar un charco que le empapó los zapatos.
Al fin se detuvo ante un alto muro coronado por una espesa alambrada de afiladas concertinas que semejaban cuchillas de afeitar y en el que a pocos metros se distinguían una calavera y un aviso:
«No pasar. Peligro de muerte».
«Solo están autorizados a coger agua y queso».
No reparó en la fuente, en el arcón, ni en los perros que ladraban amenazadoramente alzando la mirada hacia el edificio principal de una inmensa granja en la que se distinguían toda clase de árboles frutales y animales domésticos.
La mujer, visiblemente embarazada, se sujetó con una mano el vientre y abrió la verja.


 


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